Esta interesante exposición ubicada en el Caixaforum de Zaragoza nos invita a explorar estos singulares objetos. ¿Nos muestran la realidad, o nos permiten manipularla? ¿Todo depende de la perspectiva en la que nos ubiquemos? ¿Influye nuestra mirada subjetiva?
En determinados momentos de la vida no es fácil colocarse frente a un espejo. Es posible incluso amarlos y odiarlos al mismo tiempo. Según la cultura literaria popular, los espejos son puertas a otros mundos fantásticos en los que todo es posible, y atravesarlos supone un primer paso en el camino hacia la emancipación y la entrada a la vida adulta. A mí me resultan fascinantes.
Os animo a visitar esta propuesta que estará abierta al público hasta finales de enero. A los niños y niñas les encanta y además no pagan entrada.